Reseña de cómics: Pulp – El western noir de Ed Brubaker y Sean Phillips.

En julio de 2020 Ed Brubaker y Sean Phillips volvían a la carga con una novela gráfica diferente. Phillips dijo que le pidió a Brubaker hacer algo diferente y que le apetecía dibujar una historia del oeste. Burbaker aceptó y escribió Pulp, una historia inspirada en los años treinta y con un protagonista que tiene un pasado relacionado con aquellas míticas historias de forajidos y ladrones del viejo salvaje Oeste. Mi reseña de cómics trata sobre: Pulp.


Max Winters, un escritor pulp de la década de 1930 en Nueva York, se ve envuelto en una historia no muy diferente a las que produce a cinco centavos la palabra: la de un forajido del Lejano Oeste que administra justicia con un revolver. ¿Podrá Max hacer lo mismo cuando lo persigan ladrones de bancos, espías nazis y enemigos de su pasado?

Tenía muy buenas expectativas con este cómic. La verdad que esa ambientación de western me atraía mucho y tenía ganas de ver que habían preparado en su momento Brubaker y Phillips en esta nueva historia.

Las críticas eran realmente buenas, dejando esta obra a la altura de otras del mejor dúo criminal que existe formado por estos dos grandes del cómic. Y no es poco valorando su historial.


Aunque la trama se sitúa en un momento de la historia diferente al que la portada puede llevar a imaginar, sí que recorre el camino vivido por su protagonista desde los tiempos en los que era un auténtico forajido, hasta un presente en el que ya entrado en la tercera edad, tiene que aceptar que sus mejores tiempos han pasado de largo.


Pulp es un drama con ese aire tan característico de novela noir que pocos como Brubaker al guion y Phillips al dibujo serían capaces de transmitir. Una historia que presenta diferentes dilemas y que bien podría ser una historia actual, si en lugar de los años 30 la situamos en décadas más recientes.


Max Winters, el protagonista de la historia, respira esa aura de viejo héroe venido a menos por culpa del tiempo, olvidado e incapaz de sobrevivir mirando más allá del día de mañana.

El dibujo de Phillips vuelve a dar una lección de como de bien se puede estar sincronizado un dibujante con su guionista. Y es que ambos siguen demostrando que son una dupla prácticamente perfecta. Los detalles y los colores te teletransportan a ese momento donde el mundo se veía abocado a una Segunda Guerra Mundial, con colores fríos y otros algo más cálidos tintados en acuarela, para esos recuerdos del pasado.


La historia en sí se devora rápidamente, dejándote la sensación de ser algo corta para el nivel que demuestra. Pero una vez la terminas, entiendes que aun así, es perfecta tal y como es.

Pulp en realidad no es esa historia tan diferente a lo que habitualmente nos tienen acostumbrados Brubaker y Phillips, pero eso no es algo negativo, al contrario. Conseguir presentar algo distinto, pero que respira tan auténtico y reconocible no es sencillo. Se podría decir que es todo un arte. 

Así que si buscas disfrutar de otra historia del equipo formado por estos dos genios del cómic criminal, Pulp es una excelente historia con la que empatizarás de principio a fin.



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